Devoción y práctica muy propia de Calasanz, que M. Paula la recomienda con insistencia a sus maestras. Ella oraba y, como consecuencia podía ser una consumada maestra de oración y enseñar a las niñas a orar. Trataba, por todos los medios, de grabar en el corazón de sus discípulas, la devoción a Jesús sacramentado.
M. Paula enseñaba a orar por medio de la meditación de la Palabra de Dios, el encuentro con Jesús sacramentado y con oraciones marianas, tanto en privado como en grupo. Proponía un método sencillo, y, sobretodo, ella oraba junto con sus discípulas. Muchas adelantaban con este ejercicio de Olesa de Montserrat, explicaba que M. Paula les enseñaba a orar de verdad, a comunicarse CON Dios de muchos modos y les proponía oraciones variadas y siempre muy breves.
“Files a las características de la pedagogía calasancia, con gran empeño, iniciamos a los niños en la oración” (R.R., Nº 58)
Hemos de acompañar a los niños para que descubran la presencia de Dios en sus vidas y que la consciencia de esta presencia les acompañe a lo largo de su vida.